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El melasma es una afección cutánea común que se caracteriza por la aparición de manchas marrones o grises en la piel. A menudo afecta áreas expuestas al sol, como la cara, los brazos y el cuello. Esta condición ocurre con mayor frecuencia en mujeres, aunque los hombres también pueden verse afectados. Además, tiende a afectar a las personas de piel más oscura.
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Factores principales que influyen sobre la producción del melasma
Las causas exactas del melasma no se conocen por completo, pero se cree que hay varios factores implicados. Algunas de las razones más comunes por las cuales se desarrolla incluyen:
1- Exposición solar: La luz ultravioleta del sol estimula la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel. La exposición excesiva al sol puede desencadenar la aparición de melasma o empeorar su apariencia.
2- Cambios hormonales: Muchas mujeres experimentan melasma durante el embarazo (melasma gravídico) debido a los cambios hormonales. También puede ocurrir como resultado del uso de anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal.
3- Factores genéticos: Existe una predisposición genética a desarrollar melasma. Si tienes antecedentes familiares de melasma, es posible que tengas un mayor riesgo de padecerlo.
4- Factores hormonales: Algunas enfermedades endocrinas o cambios hormonales relacionados con la tiroides pueden desencadenar la aparición de melasma.
¿Cómo puedo tratar el melasma y reducir su apariencia?
En cuanto a los tratamientos estéticos más populares para el melasma, es importante destacar que no hay una cura definitiva para esta afección. Sin embargo, hay varias opciones de tratamiento que pueden ayudar a mejorar su apariencia. Algunos de los tratamientos estéticos más comunes incluyen:
1- Cremas despigmentantes: Las cremas tópicas que contienen ingredientes como hidroquinona, ácido azelaico, ácido kójico o retinoides pueden ayudar a aclarar las manchas de melasma.
2- Peeling químico: Consisten en la aplicación de una solución química en la piel para exfoliar y renovar las capas superficiales. Pueden ser útiles para mejorar la apariencia del melasma.
3- Terapia láser: Algunos tipos de láser como el láser fraccionado no ablativo o la IPL, pueden utilizarse para tratar el melasma. Estos láseres funcionan mediante la eliminación de las capas superficiales de la piel pigmentada.
4- Microdermoabrasión: Este procedimiento utiliza un dispositivo que exfolia suavemente la capa externa de la piel. Puede ayudar a mejorar la apariencia del melasma, aunque los resultados pueden ser temporales.
Recuerda que cada persona es diferente, y es importante consultar a un dermatólogo para obtener una evaluación personalizada y recomendaciones adecuadas para tu piel y tus necesidades específicas.
Es importante destacar que los tratamientos en cabina se deben de combinar con cuidados post tratamiento en casa y que los resultados pueden variar de una persona a otra.
Además, se recomienda utilizar protector solar y tomar medidas para evitar la exposición excesiva al sol, ya que esto puede ayudar a prevenir la aparición o empeoramiento del melasma
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